Creo que somos el único animal sobre la faz de la tierra que nos damos una segunda, tercera e infinita oportunidad a nosotros mismos. Tal vez sea porque somos los únicos afortunados de poder hacerlo. Si tuviéramos un verdadero peligro acechando nuestra vida no nos permitiríamos tantos fallos. Por eso, creo que el miedo es innecesario. No tenemos nada que temer...¿al error?. Qué más da. Siempre nos terminamos perdonando. Siempre terminamos tragando con nosotros mismos. Nunca nos rompemos, aunque nos demos mucho de sí. Somos más de mimbre que de cristal. Somos frágiles de apariencia, tanto que nos lo terminamos creyendo.
Y si te lo crees, al final te rompes.
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