Me gusta ser la amiga que no fuma y sale a echarse el piti con los demás, la que se bebe diez cervezas y presume de ello, la que le gusta una tarde que se va de las manos en un bar más que una noche de discoteca.
Me gusta ser la hija que es un completo desastre, la que hace lo que cree que está bien y se equivoca y la que ha dado la cara cuando ha tenido que hacerlo (y solo cuando ha debido hacerlo)
Me gusta ser la que toca el bajo en el grupo de, la amiga de, la hija de. No me importa absolutamente nada estar en un segundo plano. Porque hay personas que nacen para brillar, y otras para hacer que los demás brillen.